Los teléfonos móviles siguen «usurpando» funciones y capacidades que hasta ahora eran propias de otros dispositivos
Móviles con pantallas más grandes, con cámaras de ensueño y rodeados ya por una auténtica legión de accesorios electrónicos «para vestir» que amplían, aún más si cabe, sus posibilidades de uso.
El Congreso de móviles de Barcelona ha hablado, dejando claras cuáles van a ser las tendencias que podemos esperar este año. Y es que si hay algo que ha quedado más que claro es que los teléfonos móviles siguen «usurpando» funciones y capacidades que hasta ahora eran propias de otros dispositivos.
Hace ya mucho tiempo que circula la frase «llegaron para quedarse» y la realidad no hace más que confirmarlo.
El reino de la imagen
Por supuesto, la potencia de los nuevos procesadores ha hecho posible asociar a las cámaras, que crecen hasta los 13, 16 o incluso los 20 megapíxeles, toda una serie de herramientas de edición y retoque que se manejan desde el propio móvil y que permiten un tratamiento de imagen casi casi profesional sin necesidad de pasar por un ordenador.
Por supuesto, eso significa que ahora cualquiera es capaz de generar contenidos de alta calidad en su móvil. Contenidos que, además, quierecompartir al instante a través del correo electrónico o las redes sociales. Por eso la Feria ha visto cómo los fabricantes intentan sacar el máximo partido a la conectividad de sus terminales, consiguiendo que aprovechen el ancho de banda disponible para conectarse más y más rápido y poder subir y bajar con agilidad contenidos a la red.
Y las pantallas crecen… y menguan
Es el caso del Xperia X1 Compact, de Sony, o del LG G2 Mini. A falta aún de que el mercado diga su última palabra, los principales fabricantes están convencidos de que existe un buen número de usuarios que no necesita pantallas tan grandes y que prefiere, sin tener que renunciar a ninguna prestación, otras de menor tamaño.
Wearables, tecnología para vestir
En este sentido, cada fabricante ha puesto su grano de arena en busca de una originalidad que, dicho sea de paso, cuesta mucho conseguir.Así, algunas de las nuevas pulseras (LG, Samsung), incorporan pantallas Oled curvas que permiten una excelente visualización de los datos.
Otros, como Sony, han preferido prescindir de la pantalla, pero ponen a punto aplicaciones en las que se puede consultar (en el móvil) un historial, día a día y hora a hora) de toda nuestra actividad. En el caso de Huawei, el núcleo de la pulsera puede convertirse incluso, al recibir en una llamada, en un auricular bluetooth. Para contestar, no hay más que extraer el núcleo del abalorio para que aparezca un «pinganillo» que, sencillamente, nos llevamos al oído para mantener cómodamente la conversación.
En cuanto a las gafas, otro de los desafíos de la industria, parece que habrá que esperar un poco más, aunque llegarán. Así que por ahora ese terreno sigue perteneciendo casi en exclusiva a Google, con sus ya conocidas Smart Glass. Se esperaba que Sony presentara este año las suyas, pero no ha sido así. Y aunque existen (en la feria se ha visto algún prototipo) la firma japonesa ha preferido no anunciarlas todavía.
Batalla «encarnizada» por la gama baja
En la misma línea, la finlandesa Nokia ha dado una de las sorpresas de la feria de este año al presentar toda una gama de smartphones «compatibles» con Android y con precios que rondan los cien euros.
Todo un terminal Nokia, con la calidad de materiales y componentes asociados a la marca y con pantallas de hasta cinco pulgadas por unprecio realmente bajo. Por último, y siempre para conquistar a este nuevo sector, toda una serie de marcas «menores» han presentado dispositivos realmente competitivos y capaces de hacer frente a los más grandes.