1 ene 2014

La combinación de fármacos elude las resistencias en malaria

Un equipo de científicos ha constatado que la combinación de diversos compuestos activos contra la malaria es un «aproximación eficaz» para prevenir la resistencia a los fármacos del parásito que causa esta enfermedad y alargar así la vida de los tratamientos antipalúdicos.

El estudio, publicado en el último número de la revista «The Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS), supone «un paso adelante» en la lucha contra la malaria, una enfermedad infecciosa transmitida por la hembra del mosquito 'Anopheles', explica a Efe Javier Gamo, investigador de GlaxoSmithKline(GSK).

Los mosquitos infectados pican, extraen sangre y, a la vez, inyectan saliva con su sello personal: un parásito llamado «Plasmodium» que durante una semana anida en el hígado de la persona infectada. Si el parásito es del tipo «vivax», puede quedar latente en el hígado y provocar episodios recurrentes de malaria pero si es «falciparum», inmediatamente infecta y destruye los glóbulos rojos. En los casos más graves, provoca malaria cerebral, induce al coma y puede ser mortal en menos de 24 horas.

El «Plasmodium» se caracteriza por su gran capacidad de mutación y de resistencia a los medicamentos tradicionales, como la cloroquina, «que ya sólo se puede utilizar en determinados casos causados por Plasmodium vivax». Para el resto de las cepas de «Plasmodium», el fármaco más común es la artemisinina.

«Estas resistencias -explica Gamo- obligan a los científicos a buscar y desarrollar nuevas terapias contra la malaria» y también a «desarrollar estrategiaspara proteger y alargar los tratamientos basados en fármacos actuales y futuros».

«El objetivo de nuestra investigación era avanzar en el conocimiento de mecanismos de resistencia del parásito para encontrar inhibidores activos contra las cepas resistentes que puedan ser utilizados en combinación con los compuestos estándar» para tratar de alargar así la vida efectiva de los fármacos actuales y futuros.

Para el trabajo, los investigadores utilizaron la cloroquina y un inhibidor del DHODH, un compuesto activo (aún en desarrollo clínico) capaz de bloquear una proteína «esencial» para que el Plasmodium cause la malaria, asegura Gamo.

El trabajo también demuestra que «en determinados casos la resistencia a un antimalárico puede convertir al organismo en hipersensible a otro» pero los investigadores han comprobado que «combinando los dos compuestos se logra una terapia efectiva y con baja probabilidad de generar resistencia».

Enfermedad tropical

Esta investigación servirá de base para futuras pruebas y combinaciones de fármacos que «entre tres o cinco año serán tratamientos efectivos que estarán en el mercado», asegura.

La malaria está muy extendida en las regiones tropicales y subtropicales de América, Asia y África. Casi la mitad de la población mundial (3.200 millones de personas) corre el riesgo de contraer la malaria, una enfermedad que cada año infecta a entre 300 y 500 millones de personas y que cada año mata a unas 800.000 personas, la mayoría niños menores de 5 años del África subsahariana.