¡Malditos mosquitos! Todos hemos sufrido su picadura más de una vez, o nos han desvelado durante una noche de verano dando vueltas a nuestro alrededor con su irritante zumbido. Los mosquitos no son solo una molestia que nos quitamos de encima de un manotazo, algunos de ellos también pueden transmitir un buen número de enfermedades, entre las más graves la malaria, la fiebre amarilla o el virus del Nilo. En nuestra lucha continua contra ellos, los científicos han descubierto una sustancia que se encuentra naturalmente en la piel humana y que puede impedir que «huelan» a sus víctimas. El hallazgo, descrito en la reunión nacional de la Sociedad Americana de Química (la sociedad científica más grande del mundo), puede ayudar a conseguir una especie de «capa de invisibilidad» contra estos insectos chupadores de sangre.
«Los repelentes han sido el pilar para la prevención de las picaduras de mosquitos», dice Bernier. «El repelente más utilizado, DEET, es muy eficaz y ha estado en uso durante mucho tiempo. Sin embargo, a algunas personas no les gusta la sensación o el olor de DEET. Estamos explorando un enfoque diferente, con sustancias que afecten a la sentido del olfato del mosquito. Si un mosquito no puede sentir que la cena está lista, no zumbará, no se posará y no morderá»..
Los mosquitos hembra son realmente las que pican. Chupan la sangre para obtener una proteína necesaria para producir huevos fértiles. Pueden oler a las personas de más de 100 metros de distancia. El Departamento de Agricultura de EE.UU. ha estado haciendo investigaciones sobre repelentes de mosquitos desde 1940. En la década de los 90 reunieron información sobre las sustancias secretadas a través de la piel humana o formadas por las bacterias en la piel que hacen que algunas personas sean más atractivas para los mosquitos que otras.
Un compuesto del sudor
El olor de una persona, según Bernier, proviene de cientos de compuestos en la piel, muchos emitidos a través del sudor y otros producidos por bacterias. Para identificar cuál de estos atraen a los mosquitos, Bernier y sus colegas utilizaron una jaula de mosquitos especial dividida por una pantalla. Se fumigaron diversas sustancias en un lado de la jaula, y se documentan los efectos en la atracción de los mosquitos. Algunos compuestos, como el ácido láctico -un componente común del sudor humano- se mostraron como claros señuelos para los mosquitos, dirigiendo al 90% de ellos hacia la pantalla. Con otros compuestos, sin embargo, muchos de los mosquitos ni siquiera iniciaban el vuelo o parecían confundidos.
«Si pones la mano en la jaula de los mosquitos en la que se habían rociado algunos de estos inhibidores, casi todos simplemente se posaban en la pared del fondo y ni siquiera reconocían que la mano estaba ahí. Los llamamos anosmia o hiposmia, la incapacidad para detectar olores o una disminución de la capacidad de detectar olores», explica Bernier .
Un grupo de compuestos químicos, incluido 1 - methylpiperzine, bloquea el sentido del olfato de los mosquitos. Esto puede ayudar a explicar por qué los mosquitos vuelan hacia algunas personas pero no hacen caso a otras. Las sustancias tienen una arquitectura molecular que se encuentra en los ingredientes de docenas de medicamentos y otros productos. Parecen adecuados para su uso en cosméticos, lociones, prendas de vestir y otros productos que en la actualidad incorporan repelentes de mosquitos. Ahora, la cuestión es saber si puede ser producido artificialmente a gran escala. Llevarlo encima podría ser una forma muy eficaz de evitar las picaduras.
Pero, eso sí, se trata de proteger a las personas, no de exterminar a los insectos. Los mosquitos cumplen una función biológica muy importante sin la que sería imposible la vida. Sony los principales desintegradores de los cadáveres animales y excrementos.