8 dic 2013

La salud cardiovascular empieza por la boca

Actualmente no cabe duda de que «el cuidado de la salud periodontal puede ayudar a preservar una buena salud cardiovascular», asegura el doctor en Medicina y Cirugía Clínica Blas Noguerol, especializado en Periodoncia e Implantología en Granada. Así lo ha reconocido también laAsociación Americana de Cardiología, que en un documento de consenso ha establecido la recomendación del cuidado de las encías como una más de las estrategias de prevención de la cardiopatía isquémica. Ciertas enfermedades o intervenciones odontológicas pueden situarse en el origen de importantes afecciones cardíacas. Es importante dar a conocer al dentista el tratamiento anticoagulante1 prescrito por el cardiólogo para poder realizar adecuadamente el tratamiento dental y periodontal.
«Ya no cabe duda de que los pacientes con enfermedad periodontal tienen más riesgo de presentar un episodio coronario», destaca Noguerol. Sin embargo, advierte: «No disponemos de una evidencia concluyente de que dicha relación sea causal ni tampoco de su magnitud», pero «la vinculación existe», subraya. No solo eso. Los pacientes con periodontitis «más agresivas», normalmente aquellas que se desarrollan a edades más jóvenes, son los que «tienen más riesgo de padecer un evento cardiovascular en el futuro», señala Noguerol.
Acumulando evidencias
En los últimos quince años se ha llevado a cabo un gran esfuerzo investigador para desvelar las posibles asociaciones entre las infecciones periodontales y las enfermedades cardiovasculares. Los estudios epidemiológicos y poblacionales han apuntado asociaciones significativas, aunque moderadas. Sin embargo, el uso de nuevas variables clínicas alternativas a las tradicionales como las medidas de aterosclerosis subclínica, ha permitido corroborar la relación entre ambos procesos o, incluso, que hay una disminución de eventos ateroscleróticos después de realizarse un tratamiento periodontal.
Así, por ejemplo, el tratamiento de la periodontitis puede reducir los niveles de proteína C-reactiva3 al rango considerado de bajo riesgo cardiovascular. La vinculación entre enfermedad periodontal y cardiovascular resulta especialmente sugerente y evidente «en las enfermedades cardiovasculares en las que hay daño en las arterias», ya que «esto conlleva un proceso generalizado de inflamación» y, en definitiva, «la enfermedad periodontal no deja de ser una inflamación crónica», según explica Eduardo de Teresa, de la Unidad del Corazón delHospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga).
En las enfermedades periodontales se libera en la sangre una gran cantidad de factores inflamatorios que pueden depositarse en diferentes órganos; posiblemente, en opinión de Noguerol, «es la fuente más importante de liberación de estos componentes inflamatorios a la sangre». Las enfermedades periodontales o de las encías están causadas por bacterias; son, por tanto, infecciones bucales. Una de las consecuencias de esta infección a nivel local puede ser el inicio o desarrollo de inflamación general o sistémica, que puede acarrear distintas implicaciones para la salud del paciente, dependiendo de la parte del organismo sobre la que actúe.
Como sentencia Blas Noguerol, «la periodontitis puede inducir inflamación general por medio de un mecanismo de activación a distancia de procesos que pueden terminar provocando trastornos tales como arteriosclerosis o partos prematuros».

Los pacientes con algún tipo de enfermedad en las encías tienen entre un 25 y un 50% más de riesgo de padecer un trastorno cardiovascularLa salud cardiovascular empieza por la boca


Nuevos trabajos apoyan la hipótesis de que las bacterias adheridas a las superficies dentarias promueven el desarrollo de la lesión aterosclerótica y, con ello, elevan el riesgo de aparición de acontecimientos cardiovasculares. Incluso, se sabe que la inflamación general que pudiera inducir una infección periodontal, aparentemente insignificante, puede jugar un papel determinante en el control del metabolismo en pacientes diabéticos.
También hay otro tipo de evidencias que reflejan la estrecha vinculación entre salud periodontal y cardiovascular. Como recalca Noguerol, «un inadecuado estilo de vida está en la base de algunos trastornos periodontales, así como en el origen de importantes enfermedades cardiovasculares, por lo que un cambio de hábitos cotidianos permitiría ayudar a prevenirlas de forma conjunta».
Mucho por hacer
Por ello, advierte el cardiólogo De Teresa, «es necesario concienciar a la población de la importancia de cuidar la salud bucal manteniendo un control adecuado de su higiene, puesto que esto incidirá en una mejora de la salud cardiovascular». A pesar de las graves consecuencias que se pueden derivar de la enfermedad periodontal, «su prevención es sencilla, basada principalmente en hábitos de higiene», recuerda Noguerolquien advierte que «su detección temprana por un periodoncista o dentista evita tratamientos costosos, además del beneficio que induce para la salud general».
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su última Asamblea Mundial ha preconizado la integración de las políticas preventivas y de promoción de salud entre la salud bucodental y la general. Ha instado a los estados miembros a incorporar la salud bucodental a las políticas sanitarias preventivas. La Unión Europea, por su parte, ha iniciado una reflexión global sobre el desarrollo de futuras políticas de promoción de salud de enfermedades crónicas, incluyendo en ellas las enfermedades bucodentales más comunes.
Problemas de encías
Ocho de cada diez españoles mayores de 35 años sufren problemas en sus encías, según la Encuesta Nacional de Salud. La periodontitis es una de las principales causas de la pérdida de dientes. Una excesiva exposición bacteriana en las encías puede elevar entre 1,7 y 3,3 veces el riesgo cardiovascular. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España.
Existen importantes déficits para valorar el riesgo cardiovascular y diagnosticar adecuada y precozmente estas enfermedades.
Determinar el papel que juegan las infecciones crónicas en el aumento de riesgo de enfermedad cardiovascular puede ser clave para abordarla de forma anticipada. Las infecciones locales o distales5 podrían promover procesos inflamatorios crónicos que incidirían directamente en el origen de la ateroesclerosis y, con ello, se convertirían en factores de riesgo de enfermedad cardiovascular
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